PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

lunes, 8 de octubre de 2018

Por el bautismo hemos entrado a formar parte de una gran familia. Redescubramos este gran regalo que hemos recibido.

Ayer en la parroquia
"...en el bautismo cada niño es insertado en una compañía de hermanos que no lo abandonará nunca ni en la vida ni en la muerte, porque esta compañía de hermanos es la familia de Dios, que lleva en sí la promesa de eternidad. Esta compañía, esta familia de Dios, en la que ahora el niño es insertado, lo acompañará siempre, incluso en los días de sufrimiento, en las noches oscuras de la vida; le brindará consuelo, fortaleza y luz.

Esta compañía, esta familia, la Iglesia, le dará palabras de vida eterna, palabras de luz que responden a los grandes desafíos de la vida y dan una indicación exacta sobre el camino que conviene tomar. Esta compañía brinda al niño consuelo y fortaleza, el amor de Dios incluso en el umbral de la muerte, en el valle oscuro de la muerte. Le dará amistad, le dará vida. Y esta compañía, siempre fiable, no desaparecerá nunca. Ninguno de nosotros sabe lo que sucederá en el mundo, en Europa, en los próximos cincuenta, sesenta o setenta años. Pero de una cosa estamos seguros: la familia de Dios siempre estará presente y los que pertenecen a esta familia nunca estarán solos, tendrán siempre la amistad segura de Aquel que es la vida..." (Benedicto XVI)

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