De boda en Madrid. Dicen que la gente ya no se casan, pero algunos tenemos boda todos los fines de semana... |
Cuando Cristo nos “toca” ya nada es igual; recuperamos la vista, miramos bien al otro; la capacidad de la escucha y la capacidad de hablar. En realidad recuperamos un corazón capaz de amar, recuperamos nuestra humanidad. Y Cristo nos toca a través de los sacramentos, en una relación próxima, de afecto con Él. Sin esta relación difícilmente nos puede “tocar”.
La conversión que Cristo opera en nosotros nos dispone a escuchar al otro; a la vez, nos hace hablar sin gritos, con mansedumbre, siempre con caridad, en verdad…
El la Eucaristía, en la comunión, se da el contacto más íntimo con Cristo: nos hacemos una sola carne con Él. Como en el matrimonio, “ya no son dos, sino una sola carne…”
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