La
Semana Santa no es algo que se repite todos los años; cada año es nueva y única.
Nuestra historia es lineal no circular, es decir, no es algo que se repite
todos los años. Las situaciones personales van cambiendo, las circunstancias,
etc… Algunos habrán encontrado trabajo, otros en el paro, algunos se han casado,
otros atravesando problemas matrimoniales, algunos han sido padres, otros han
comenzado la universidad, otros han terminado la carrera, han perdido a sus
seres queridos, y a otros le han diagnosticado un cáncer… En un año… anda que
no cambian las cosas y la vida.
Jesucristo
es el centro de la vida de la Iglesia, de todo cristiano, a lo largo de todo el
año, pero en estos días tiene un protagonismo especial. Entremos de lleno en la
Semana Santa. Las celebraciones litúrgicas son el centro de la misma, y junto a
ellas las expresiones de la religiosidad popular que se expresa con procesiones,
cirios y bandas. Participemos con toda el alma, y con el corazón bien dispuesto
por una buena confesión. En este año de la misericordia la puerta por la que
estamos invitados a pasar es especialmente el Sacramento de la Penitencia. Es
decir que nadie se quede sin hacer un buen examen de conciencia, un verdadero
arrepentimiento y una sincera confesión. Sin esta gracia estos día serán sin
gracia…
El
jueves santo celebramos la última Cena, durante la cual Jesucristo instituyó la
Eucaristía, sacramento del amor y de la unidad en la Iglesia. En esta Cena
Jesús anticipó su entrega sacrificial. «Esto es mi cuerpo que se entrega por
vosotros», lavó los pies a sus apóstoles en actitud de humildad y de servicio,
dejándonos el mandamiento nuevo: «Amaos unos a otros como yo os he amado», y a
estos mismos apóstoles les dijo: «Haced esto en memoria mía», instituyendo así
el sacramento del orden. Este día somos invitados a adorar a Jesús en el
Santísimo Sacramento. En la Parroquia la celebración de la Eucaristía de la
Cena del Señor a las 19 horas.
El
viernes santo es día de penitencia, de ayuno y de abstinencia de carne, porque
celebramos la muerte de Jesús en la cruz. En todas las parroquias celebramos la
gloriosa Pasión del Señor y adoración de la santa cruza. En nuestra
Parroquia a las 16:30 horas. Lo que
había sido un instrumento infame, de tortura, se convierte en árbol de la vida
y escalera del cielo. Los brazos del Señor están siempre abiertos para los que
se acercan a Él.
La
procesión de la Soledad, la Madre
dolorosa, espera en la soledad el triunfo de su Hijo. Acompañamos su imagen en
oración y recogimiento.
Y
el sábado nos preparamos al gran acontecimiento de la resurrección, que tendrá
lugar en la vigilia pascual, celebrada en la noche: las 21 hs. y 22:30 hs. La
Vigila Pascual es la celebración más importante de toda la Semana Santa. La
Semana Santa no termina el viernes santo. El misterio cristiano no termina en
la muerte. Cristo ha resucitado, y por eso somos creyentes. En la Vigilia
Pascual renovaremos nuestras promesas bautismales y seremos iluminados con la
luz de Cristo resucitado, que disipa todas las tinieblas del mundo.
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