La parroquia es un lugar
privilegiado para vivir la hermandad, la participación en la liturgia, la oración,
el servicio y, por supuesto las fiestas: una buena copa, gastronomía
tradicional, música, tertulia... El reto es la dimensión comunitaria, la
parroquia como gran familia en una sociedad en el que predomina el
individualismo; cada uno a lo suyo.
El día de ayer, como
siempre, se ha notado el espíritu de servicio y la familiaridad que hay en la
Parroquia. Que este espíritu siempre vaya a más.
Que nuestra Parroquia sea
siempre un espacio que posibilita una auténtica experiencia de encuentro con
Jesucristo y de la participación en la nueva evangelización. Que sea una gran familia formada por pequeñas familias, en las que sea posible siempre experimentar la alegría del
encuentro con los demás. Que se vea que somos hermanos que caminamos
hacia una maduración humana y cristiana.
Donde se ponen al servicio de los demás nuestra fe, nuestro tiempo,
talentos y tesoros.
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