Os dejamos la carta que nos escribió nuestro hermano César desde Costa de Marfil, para felicitarnos por Navidad
Queridos
amigos:
Vaya para
vosotros mi saludo desde este rincón de África, junto con mi deseo de que el
Señor llene vuestra vida de su misericordia. Que la Navidad sea una ocasión
para acoger el gran regalo que el Señor nos hace en su Hijo, con su perdón, su
compasión y su cercanía. Acogiendo ese don, podemos reflejarlo y llenar nuestra
casa y nuestro ambiente de misericordia, de perdón y de y compasión,
especialmente con los que sufren.
Yo también
desde aquí, intento ser un reflejo y un signo de esa compasión especialmente
hacia los más pobres.
Sigo
viviendo de esta tierra de misión, trabajando cada día en esta parroquia
salesiana. El trabajo se agranda en la medida que lo realizas. La experiencia
del crecimiento anima mucho. Es una forma de vivir la paternidad.
¿Qué estamos
haciendo aquí? Somos 4 salesianos. Hacemos muchas cosas, aunque lo importante
es estar presente, acompañar, animar, orientar y ayudar a otros a descubrir que
para ellos hay también una noticia interesante de parte de Dios.
Trabajamos
en muchos frentes: proclamar (con palabras y signos) que Dios es bueno.
Movilizamos muchas fuerzas para reducir la ignorancia, para promover la
dignidad de la persona y cultivar valores. Así muchos se liberan de situaciones
con las que Dios no está de acuerdo; son situaciones que inmovilizan a la persona: analfabetismo,
pobreza, falta de iniciativa, individualismo, creencias ancestrales…
Evangelizamos
abriendo caminos, ampliando horizontes, sembrando esperanzas, tendiendo
puentes, suprimiendo barreras, aunando fuerzas, sembrando solidaridad.
Intentamos
trabajar mucho en el sector de la educación: un grupo de 60 padres y madres de
familia aprenden a leer y escribir; 300 jóvenes trabajadores, chicos y chicas,
participan a las clases nocturnas para obtener el certificado de estudios; 50
adultos aprenden a leer en lengua local (senufo); promovemos la escolarización
de muchos niños y jóvenes; llevamos un colegio de bachillerato con 450 alumnos, muy apreciado en la ciudad;
60 universitarios vienen a estudias en los locales que ponemos a su
disposición. Todo esto son signos que animan.
Seguimos animando
a grupos de todo tipo: grupos de música y canto (tradicionales y modernos),
actividades deportivas para los jóvenes, actividades culturales y tiempo libre,
grupos de scouts, grupos de formación, grupos de fe y reflexión, asociación de
mujeres, grupos de orientación en la vida…
La misa del
domingo es la gran ocasión para celebrar, para encontrarse, para convivir. Los fieles
aumentan y estamos ampliando la iglesia con la colaboración de los mismos
fieles, que hacen un gran esfuerzo.
Los martes
son para los enfermos, vamos por los barrios para visitarlos y llevarles la
comunión; nos ayudan un grupo de laicos. Entramos así en contacto con la
familia, algunas en situación de gran pobreza.
Esta es la
vida de los misioneros. En mi casi, son ya 34 años en África. Aún quedan
fuerzas, y… ahí estamos.
No somos héroes
ni nada de eso. Muchas otras personas allí en España, hacer una labor preciosa.
Cada uno intenta fructificar allí donde fue plantado. Así es como vivimos la
Navidad.
La bondad de
Dios se hace visible en Navidad, nos dice San Pablo. Somos verdaderamente
queridos por Dios que marcha con nosotros, que nos perdona, que quiere que
seamos gente de paz y bien. Con el Señor Jesús haremos un mundo más humano. El
mundo no está perdido.
Gracias por
vuestra colaboración. Los misioneros pedimos mucho pero no es para nosotros. No
os canséis de colaborar, de compartir. Vuestra colaboración económica nos es
preciosa para llevar a cabo todo esto. Gracias
por vuestra colaboración y presencia. Os sentimos cerca y sabemos que nos apreciáis.
Que gocéis
de unos días dichosos de paz en la familia esta Navidad. Que el nuevo año sea
una ocasión de crecer y de ser felices haciendo felices a los más pobres. Que
el Dios de la misericordia os colme de sus dones.
Feliz
Navidad, César Fernández
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